El otro día, a eso de las ocho y media de la noche, leí un poema que me rompió el corazón. Yo no estaba preparado para ello, o tal vez lo estaba porque me sucedió.
Eran versos sobre un lugar en el que nunca estuve. No eran para mí versos nuevos. Pero hay momentos en que una composición, que antes fuera sucesión de palabras, llega a más que eso – o tal vez soy yo quien se transfigura. Está uno ahí, justo al lado del poeta, o incluso más allá, en el momento antes del principio, previo a la primera palabra.
¿Y qué importa que el poeta haya muerto un año antes que uno naciera? Él sabía que yo lo leería, no este yo pequeño que tiene personalidad y es un obrero asalariado más, sino el yo sin nombre de treinta y tantos años después: que es como él, que por un momento es él.
Casi no resisto, casi no termino de leer por el nudo en la garganta, y quiero decirle: “Poeta, has dicho verdad que trasciende el tiempo”.
Carta a mi hermano
Hace 42 minutos.
8 comentarios:
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Es entonces cuando la poesía se encarna, se hace física, trasciende su circunstancia, se enhebra a nuestra vida, fructifica... Esta sensación era especialmente importante en mi adolescencia. Hace tiempo que no siento algo parecido a lo que describes. Lo que siento, al leer algunos poemas, es un reconocimiento interior, una sensación de que el poema es un espejo, pero es más un placer intelectual, de la mente, más que del cuerpo como ese nudo en la garganta que se te hizo. Pero eso es algo imprevisible, es incierto, es inesperado, nadie sabe cuándo ni cómo uno alcanza o puede alcanzar esa transfiguración.
No cabe duda de que lo que tuviste fue "un momento Kairos". Ese momento que te hace perder la noción del tiempo y te enamora. A veces los tenemos cerca y los dejamos pasar sin darnos cuenta..... Un abrazo Lola
Mónica es mi hija pero soy yo, Lola la que escribo.
Hola, amigos blogueros. Gracias por reaparecer con este sitio.
Baakanit -- Leí tu comentario y me gustó, antes que lo borraras. No vi nada mal en él.
Joselu -- Me hubieras preguntado hace algún tiempo, unos meses quizás, y hubiera dicho lo mismo que tú. Pero todo tiene su momento y a veces despertamos a parte de sí mismos que estaban relegadas a otro plano.
Mónica-Lola -- Saludos a ambas. Algo así, Lola, algo así. Esos momentos están ahí, en potencia.
PENSE EN ESCRIBIR Y NO ESCRIBIR, PERO LLEGA EL MOMENTO EN QUE UNO NO SABE LO IMPORTANTE QUE ES PARA ALGUNAS PERSONAS.
Comenzando, Irene, con si es importante para tí. Gracias por el comentario.
Hola Víctor, entiendo perfectamente lo que describe es el momento triste más dulce que un lector puede alcanzar. Imagino nuestras emociones en ese momento son un tributo al creador de tal obra capaz de transcender tiempo y espacio para encender una llamita en nuestro corazón...
¿Quién era el poeta? Algo en mí me dice que era Neruda... pero, no sabría decirte bien por qué pienso eso :P
Abrazos, Víctor
Puede ser, Sonia...
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