5 de septiembre de 2011

Libros electrónicos: una apertura para nueva literatura a descuento


A mí desde un principio me pareció que el diseño de lectores de textos para la pantalla era un paso importante para la diseminación de las letras.

La posibilidad de liberar el texto de la forma tradicional del libro me ha parecido una multiplicación del efecto Gutenberg, porque abre nuevos canales de distribución y facilita la publicación de todo tipo de libros.

El elemento que faltaba era el puente que llevara a los lectores esos textos, que inicialmente flotaban huérfanos por las nuevas redes de Internet.

En los últimos dos o tres años se ha acelerado el proceso de construir una estructura más sólida, tanto para que el autor ponga sus libros al alcance como para que los lectores descubran por búsqueda o afinidad esos textos que les pudieran interesar.

Ha llegado el momento del libro electrónico.

Como en todo salto hacia adelante, este fenómeno no es algo que dependiera de un factor aislado, sino de varios avances tecnológicos que coinciden y hasta compiten.

El proceso de desarrollo de los lectores de libros electrónicos había sido lento en comparación a otras plataformas, como las que se han creado para distribución de música y video en la red. Algunos expresaban dudas de que el simple texto de los anticuados libros pudiera competir en un mundo mayormente audiovisual.

Pero hace años que el fenómeno Amazon ha demostrado que hay espacio para los libros en la red. Fue precisamente esa compañía --entre las pioneras de venta de mercancías en Internet-- que formuló el primer lector exitoso en el "Kindle". La cadena de librerías Barnes & Noble no tuvo más opción que competir, lanzando el "nook" para distribuir libros electrónicos en su catálogo.

Google ha digitalizado cantidad de libros que se pueden leer de manera electrónica y la innovadora compañía Apple terminó de dar el golpe de gracia con su iPad.

El resultado es que hay ahora cantidad de computadoras estilo "tabletas" que junto a la variedad de teléfonos inteligentes permiten llevar los libros digitalizados adonde una vaya.

A esto le ha seguido la apertura de medios (incluyendo grandes cadenas de distribución como Amazon y B&N) para que un autor pueda publicarse a sí mismo por la vía electrónica, algo que ha llevado ya en Estados Unidos a los primeros "bestsellers" en la categoría electrónica y al nuevo fenómeno de la novela electrónica de 99 centavos de dólar.

Llamémosle literatura a descuento.

Estas novelas, generalmente cortas, giran en torno a romances, historias de acción y suspenso que ofrecen fácil entretenimiento y se venden a precio de descuento. Debido a la eliminación de los intermediarios de la industria del libro pueden generar regalías razonables para un autor que consiga un público.

Hay también sitios y programas que permiten que un autor ponga su propio libro a la venta en los diferentes formatos del medio electrónico, y esto a bajo o ningún costo por adelantado.

Claro está, esta tecnología ha llegado primero a los lectores y escritores anglosajones y es notable, en particular, el atraso de la industria de libros en español en aceptar esta transformación digital. Yo, que tengo ya uno de esos lectores electrónicos, he notado la carencia de títulos en español, incluso obras conocidas de autores en las listas de más vendidos en el entorno hispanohablante.

En nuestro mundo, igual que ha sucedido en el anglo, este empuje hacia los libros electrónicos probablemente se originará entre autores independientes que tienen poco que perder, y mucho que ganar, en subirse al bote antes de que se vaya del puerto. Yo estoy dispuesto a hacerlo y exploraré esa opción a mediano plazo.

Igual que con toda nueva tecnología habrá mucha experimentación y, por qué no decirlo, muchos "libros basura" en los anaqueles electrónicos. Pero, por fortuna, el lector podrá probar esos textos y decidir cuáles autores apoyar con sus centavos. Los formatos principales de libros electrónicos permiten que el lector lea una buena porción antes de decidir si los compra.

Todo eso me parece algo muy prometedor para las nuevas voces y para los lectores que buscan perspectivas y estilos distintos a las de los autores de siempre.

Día llegará en que los libros --llámense estos de crónica, poesía, cuento o novela -- se publicarán primero por la vía electrónica y llegarán solamente al papel cuando alguien decida coleccionarlos en sus estantes. Los árboles nos agradecerán.


Ilustración: "Book of a Wizard" by ~st3to.

5 comentarios:

Joselu dijo...

Tengo un iPad desde navidad. He leído una docena de obras en formato electrónico. Sin embargo, observo que este dispositivo es una fuente de distracción continua por sus posibilidades de navegación, correo electrónico, redes sociales… Leo menos literatura, buena literatura, y leo noticias, enlaces educativos o políticos. Eso me preocupa. Creo que la revolución digital en el terreno de la lectura supondrá un avance, de ello das cuenta, pero también reportará una decadencia de la literatura más densa y compleja. No me imagino a muchos leyendo Los hermanos Karamazov en formato digital. Tal vez no lo leyeran antes tampoco muchos, pero la tendencia es a leer poco, a estar permanentemente distraídos y a asistir a una clara canalización del concepto de lo literario. Se nos dice que hay que leer pero cada vez está menos clara la definición de lo auténticamente literario. Harold Bloom habla de la basura que sobrenada en el concepto de los bestseller que han invadido todo el mercado. Esto me preocupa. Y es cierto que en español hay muy poca literatura disponible. Ya sabes que somos el país más pirata del mundo. Supongo que las editoriales tienen mucho miedo a eso. De hecho es más fácil encontrar un libro en versión pirata que en versión legal.

La pregunta de qué hace internet con nuestra mente es especialmente relevante.

Saludos.

Joselu dijo...

Cuando digo "canalización" veo que el corrector ha cambiado la palabra que escribí realmente "banalización".

V.M. Ramos dijo...

Joselu -- Lo que describes sucede más con el iPad y otros artefactos similares que ofrecen acceso a todo el internet y tienen pantallas que se asemejan a las de un monitor normal. La experiencia es distinta cuando tu lector electrónico es dedicado, precisamente, a la lectura, como son el Kindle, el nook y el Sony eReader. Estos aparatos ofrecen conexión a internet, pero es primordialmente con la finalidad de obtener los libros que vas a leer en ellos (no son muy buenos para andar en Facebook y Twitter, por ejemplo). La mayoría de ventas de libros y subscripciones a revistas electrónicas se da ahora por el Kindle y el nook, indicando ello que los usuarios del iPad y productos similares no suelen interesarse tanto en la lectura.

En cuanto a la posible decadencia de la calidad literaria por este medio, creo que se presta para eso, pero también para más. Igual que los blogs, que en un principio fueron una plataforma para cualquiera que quería escribir, bien o mal, cualquier cosa, veremos un exceso de libros electrónicos, pero eso cambiará cuando pase la fiebre inicial, y quedarán los que verdaderamente escriben. Yo te diré que he bajado algunos textos bastante sólidos (novela y biografía) a mi lector y los leo allí como si los leyera en un libro. Lo que no puedo hacer es garabatearlos a mi gusto, y eso me hace falta, pero por eso pienso que la compra de libros en papel quedará supeditada a los libros que uno tal vez ya leyó, pero quiere coleccionar (y anotar) en casa de todas maneras. Así que entiendo tus puntos, pero creo que la perspectiva cambia según el producto de lectura que uses.

Lola dijo...

No tengo lector de libros electrónicos ni iPad, pero tengo unas ganas locas de probar a leer de esa manera y saber si me siento a gusto. La prensa también la leo en papel porque creo que pierde su identidad si lees el periódico, en mi caso El Mundo, en el ordenador.
Ya te diré más cuando lo pruebe. Un abrazo Lola

V.M. Ramos dijo...

Hola Lola. Si es con la finalidad de leer, te recomiendo uno de esos lectores que son específicamente para libros y no ofrecen todas las distracciones del Internet. Puedes ir a una de las tiendas donde los venden y ver cómo funcionan antes de obtener uno, pero como digo creo que la oferta de libros en español todavía es mínima. Eso cambiará a medida que más autores descubran la posibilidad de publicar y creo que será el territorio de nuevas voces más que de los autores conocidos.

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