31 de julio de 2011

El mundo que soñamos

Nocturna novembrina, Zaruma

Hay ideas que no se pueden formular hasta que les llega el día en que maduran y caen de la mata. Puede ser una tarde cualquiera en una sala cualquiera de una ciudad cualquiera cuando se desploma una noción que estaba siempre ahí, pero parecía cruda para el consumo.

En este caso hablo de la influencia de los sueños, aunque no simplemente de los personales, sino de aquellos que arrebatan a las masas y se convierten a la vez en motor, vehículo y puente para transportarnos a la realidad en que sobrevivimos.

Hablo de las calles, de las tiendas, de las corporaciones, de las instituciones, de las viviendas, de los servicios, de todo aquello que constituye la vida en sociedad.

El mundo en que vivimos es hijo de nuestros sueños, esos gigantes que se alimentan de nuestra fe.

Mientras los vivimos, esos sueños son mágicos. Se revisten lo mismo de trabajo, hombro a hombro, por una sociedad mejor que del coraje individualista del hombre o mujer de frontera. Tras cada uno de ellos aguarda, como el barril de oro al final del arco iris, una fuente de esperanza inagotable que hace posible la vida que conocemos.

¿Pero qué pasa el día en que la ilusión queda expuesta? ¿Qué pasa cuando esos gigantes exigen todo lo que somos? ¿Qué cuando nos despojamos de las utopías?

Probablemente formulamos nuevos sueños, antes de tocar el vacío.



Imagen original, "Nocturna novembrina, Zaruma", cortesía de Jaime Serrano.

3 comentarios:

Anonymous dijo...

Problemas con los mensajes, solamente salen anonimos.

Maritza Bueno dijo...

En mi caso lo que ha pasado es: salir de mi burbuja de comodidad donde todo estaba perfecto para mí, excluyendo de mi espacio a todo el que pudiera amenazar mi paz mental.

Fué asunto de tomar la decisión de hacer una diferencia y actuar para que ese mundo que soñamos sea una realidad.

El lenguaje es el instrumento con el que creamos el futuro y mi acción constante respaldando eso que declaro es lo que me mantiene en el camino.

Al fin comprendí que nadie llega solo ni se transforma solo y que si yo con mis acciones no tranformo las comunidades con las que interactúo, ellas me seguiran influenciando y como sonsecuencia volveré a mi área de comodidad.

Yo tengo el poder de elegir a cada instante como actuar. Sin acción no hay resultados posibles.

Víctor Manuel dijo...

Hola. He podido verificar que las dificultades publicando comentarios se dan específicamente con el Internet Explorer porque la caja de comentarios es muy pequeña para aprovar el código que aparece debajo. Voy a investigar a ver si hay alguna solución fácil, pero por ahora les sugiero usar otro navegador como Firefox o Safari para dejar sus mensajes. Creo que si no encuentro un código que arregle ese problema tendré que cambiar la plantilla más adelante. Gracias.

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