23 de marzo de 2011

Respuesta a un poeta

El otro día, a eso de las ocho y media de la noche, leí un poema que me rompió el corazón. Yo no estaba preparado para ello, o tal vez lo estaba porque me sucedió.

Eran versos sobre un lugar en el que nunca estuve. No eran para mí versos nuevos. Pero hay momentos en que una composición, que antes fuera sucesión de palabras, llega a más que eso – o tal vez soy yo quien se transfigura. Está uno ahí, justo al lado del poeta, o incluso más allá, en el momento antes del principio, previo a la primera palabra.


¿Y qué importa que el poeta haya muerto un año antes que uno naciera? Él sabía que yo lo leería, no este yo pequeño que tiene personalidad y es un obrero asalariado más, sino el yo sin nombre de treinta y tantos años después: que es como él, que por un momento es él.

Casi no resisto, casi no termino de leer por el nudo en la garganta, y quiero decirle: “Poeta, has dicho verdad que trasciende el tiempo”.

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