Uno de los mayores logros de la literatura es que nos pone en el pellejo de otros. Nos hace vivir de manera virtual --esta palabrita que hace años está de moda, aunque su aplicación existe desde los orígenes de la narrativa moderna-- la experiencia común de otro ser humano: sea hombre, mujer, loco, idealista, héroe, villano, apasionado, ambicioso, sufrido, mártir, cobarde o redentor.
Este es uno de los ángulos más interesantes de la narrativa, particularmente del cuento y de la novela que son primo-hermanos. Se puede descubrir a través de su experiencia aquello que tal vez nunca contemplamos, quedando nosotros, en el mejor de los casos, con una comprensión más elástica del mundo.
Esta, me parece a mi, es una experiencia que, aunque no sea vivencia, vale la pena.
Dos relatos de Matilde Rubio
Hace 15 horas.